A fines de enero de 2023, el Mineduc presentó ante la Cámara de Diputados y Diputadas un proyecto de ley para poner fin a la “doble evaluación” docente, el cual fue despachado al Senado a mediados de julio. El pasado 5 de septiembre, el proyecto fue aprobado en general y devuelto a la Comisión de Educación del Senado donde se deberán estudiar las indicaciones enviadas.
El proyecto tiene por fin crear un nuevo sistema de evaluación y reconocimiento docente, que unifique los dos procesos paralelos actuales: el Sistema de Desarrollo Profesional Docente (Ley 20.903) y la Evaluación Docente (Artículo 70 del Estatuto de los Profesionales de la Educación), dejando solamente el primero, pero con modificaciones.
El Sistema de Desarrollo Profesional Docente, conocido también como “Carrera Docente”, está compuesto por dos instrumentos de evaluación: el Portafolio y la Evaluación de conocimientos específicos y pedagógicos (ECEP), cuyos resultados determinan cinco posibles niveles de desempeño. Son evaluados a través de este sistema docentes y educadoras/es de escuelas municipales y SLEP, escuelas particulares subvencionadas, escuelas de administración delegada y educadoras/es de y profesionales de la educación parvularia del sector público. La evaluación se lleva a cabo cada 4 años (salvo excepciones) y es obligatoria para quienes se encuentren en los tramos Inicial y Temprano.
La Evaluación Docente, por su parte, está compuesta por cuatro instrumentos de evaluación: la Autoevaluación, la Evaluación por pares, el Informe de referencia de terceros (directores/as o jefes/as UTP) y el Portafolio, cuyos resultados determinan cuatro categorías de logro. Es aplicada a docentes y educadores/as pertenecientes a establecimientos municipales y de SLEP solamente, quienes son evaluados cada 4 años (salvo excepciones).
El punto en común de los dos sistemas de evaluación en funcionamiento es el Portafolio, en el cual las y los profesores presentan evidencias detalladas de su quehacer profesional y trabajo colaborativo. El problema es que, de acuerdo al exministro Ávila, si bien teóricamente este proceso implica ciclos coordinados, en la práctica, el sistema presenta duplicidades administrativas, operacionales y de comunicación del sistema con las y los docentes. Lo anterior complejiza la experiencia evaluativa y desincentiva la construcción de un sistema que estimule la autonomía docente y la colaboración entre pares.
Para enfrentar los problemas mencionados el proyecto persigue 4 objetivos: (1) simplificar y descomprimir el sistema de evaluación y reconocimiento; (2) fortalecer las redes de trabajo colaborativo y de acompañamiento entre docentes por medio de la Red Maestros de Maestros ; (3) mejorar los procesos de inducción y (4) abordar la situación de aquellos docentes que el año 2015 obtuvieron buenos resultados en su evaluación docente, pero que en su proceso de encasillamiento sólo contaban con los resultados del portafolio. Además, debido al gran número de docentes que deben evaluarse el año 2023 luego de la postergación de las evaluaciones de los años en pandemia, el proyecto establece la posibilidad de extender los procesos evaluativos.
Otro aspecto importante son las consecuencias que tienen sus resultados. En el caso del Sistema de Desarrollo Profesional Docente, los resultados se dividen en niveles de desempeño, los cuales determinan la obligatoriedad de la evaluación. El ministro Cataldo adelantó que uno de los cambios que pretende hacer a la iniciativa apunta a eliminar la voluntariedad de la evaluación en los niveles de desempeño mayores, de manera de asegurar la formación continua de todas las y los docentes.
Entre las críticas que han aparecido sobre este proyecto se menciona la pérdida de la Evaluación Docente como un mecanismo útil para identificar estándares mínimos para ejercer la profesión docente, acusando que sería una decisión sin fundamentos técnicos. Además, se objeta que este mecanismo funcionaría principalmente para aumentar las remuneraciones de las y los docentes, en desmedro de la calidad de la enseñanza.
Otras voces valoran la medida, afirmando que la Evaluación Docente sería insensata y no generaría ningún impacto en condiciones de calidad; y que el proyecto fortalecería la colaboración entre profesionales de la educación. En la misma línea se menciona que uno de los elementos más elogiados de la medida es la disminución del agobio laboral.
En este período de perfeccionamiento y revisión de los detalles del proyecto, se espera que la discusión logre un buen balance entre la discusión técnica y los principios de la medida.
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Fuentes:
La Tercera (9 de septiembre). Fin a la doble evaluación docente.
Cooperativa (6 de sptiembre). Fin de la «doble evaluación» a los profesores avanza en el Senado.